En honor al Santo Patrono
Uno de los acontecimientos más importantes de la comunidad de la Picada Polaca es la celebración de su santo patrono, San Adalberto. Este año se celebró una semana más tarde, el 30 de abril.
El día se inició con la llegada de los vecinos que se acercaron a la capilla desde sus chacras para participar en la procesión. La misma fue guiada por el cura párroco de Cerro Azul, un sacerdote polaco que trabaja intensamente por la fe y las costumbres polacas de los feligreses de la zona. Un estandarte del Sagrado Corazón de Jesús abrió la procesión, detrás los hombres llevaban en andas la estatua de San Adalberto. Todos, hombres, mujeres y niños los siguieron en su vuelta alrededor de la capilla hasta que finalmente ingresaron para celebrar la santa misa. Una vez en el interior los hombres ocuparon el sector de la derecha y las mujeres el de la izquierda. La capilla es muy pequeña y no hay lugar para que todos puedan sentarse, algunos mayores quedan de pie junto a la puerta y los chiquitos se sientan en el suelo.
Esta capilla fue construida por los colonos polacos alrededor de los años 20 en los terrenos que la familia Gazal donara para la construcción de la misma y del cementerio. Desde entonces se recuerda a San Adalberto en esta pequeña iglesia de madera que se levanta en medio de la Picada y de las adversidades. Sus feligreses la cuidan del paso del tiempo que obliga a repararla y de los caprichos de algún sacerdote que no pudo comprender el valor que tienen San Adalberto y su capilla.
Hace unos años, pocos, un sacerdote quiso que se desarmara esta pequeña joya de la arquitectura religiosa y de los colonos polacos. La modernidad con sus ladrillos fríos e impersonales se enfrentaba al calor de la madera y de los recuerdos de los abuelos. Abuelos que fueron al monte a elegir los árboles que luego tallarían con sus pequeñas hachas para darle forma a la madera que honraría al primer santo patrono de Polonia. También se propuso el cambio de nombre, ya no se recordaría a San Adalberto sino a San Alberto.
Estas transformaciones no deberían sorprendernos, esto no es algo nuevo en la región. Varias de las capillas construidas por el padre Bayerlein Maryanski entre los años 1904 y 1930 han sufrido estos cambios. Pero no San Adalberto. Sus feligreses defendieron a su patrono, a su capilla y por sobre todo cuidaron la memoria de sus mayores. Esos hombres y mujeres que provenientes de Polonia, llegaron a Misiones con sus sueños y sus santos. Esos hombres que hicieron esta capilla que parece estar cuidando sus almas puesto que están enterrados en su pequeño cementerio. Gracias a Dios, todavía quedan estas personas que honran a sus mayores y a sus valores.
Siguiendo con las celebraciones: al mediodía se compartió un gran almuerzo con asado a la estaca y unas tortas deliciosas a la hora de los postres.
Después como a la antigua usanza en este tipo de acontecimientos sociales, hubo una quermés que se instaló en el parque de la capilla, en la que jugaron (jugamos) grandes y chicos. Luego llegaron los músicos y se bailó hasta que cayó el sol que acompañó toda la jornada.
Lic. Claudia Stefanetti Kojrowicz
para Glos Polski, Buenos Aires
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