Don Estanislao, periodista

Los diarios son un testimonio documental de la avidez de noticias en su propio idioma que tenían los inmigrantes. Hombres y mujeres se preocupaban por los acontecimientos de las tierras que habían dejado atrás pero no podían leer las publicaciones argentinas debido a que no sabían castellano. En muchas ocasiones los periódicos polacos publicaban noticias locales o incluso de la propia historia argentina para lograr que los inmigrantes pudieran integrarse mejor a la sociedad que los cobijaba. A través de las páginas que comienzan a escribirse en 1913 podemos desentrañar las experiencias de la colectividad polaca, con sus aciertos y errores, podemos leer sus historias institucionales y muchas de sus vivencias personales.

El primer hombre en percibir la importancia de la prensa para los polacos en la Argentina fue Vicente Paczyñski quien en 1913 fundó el “Eco de Polonia”, el primer periódico que tuvo la colectividad polaca en la Argentina. Esta publicación salió cada diez días hasta el año 1915, es decir que en medio de la I Guerra Mundial, la colectividad se quedó sin un diario que le acercara las novedades en su propio idioma. Entonces Don Estanislao Pysik siguió el camino iniciado por Paczyñki y junto a Gustavo Jasiñki se decidió a redactar “Noticias de Polonia” con el objetivo concreto de informar cada dos semanas los acontecimientos relacionados con el desarrollo de la contienda bélica. “Noticias” apareció en 29 oportunidades, con ejemplares de 4 páginas.

Al finalizar la guerra “Noticias de Polonia” dio por terminada su misión, pero Don Estanislao ya no dejaría el arte de la escritura periodística e impulsó la creación del periódico “Polonia Libre”, el cual tuvo una existencia breve.

La República Argentina reconoció la independencia de Polonia en 1919, dando origen a las relaciones diplomáticas entre ambos Estados. Luego de algunas idas y venidas, se nombró al doctor Ladislao Mazurkiewicz en 1922 como ministro al frente de la Legación polaca en Buenos Aires. Gracias a sus iniciativas se fundó Glos Polski, dirigido por Tadeusz Roman y desde entonces Don Estanislao siempre estuvo vinculado al semanario polaco. Al organizarse las celebraciones de los 50 años de Glos, Don Estanislao recordó algunos hechos vinculados a la creación del diario. Su principal reconocimiento estuvo dirigido al impulso y apoyo constante que el ministro Mazurkiewicz brindó al inicialmente bisemanario que vio la calle por primera vez el 27 de noviembre de 1922, aunque lo cierto es que por algún error involuntario salió con fecha 31. Pysik, ya en esos años lamentaba que no se hubiese conservado ningún ejemplar del primer número.

A propósito de esta cuestión, quizás sea una gran utopía pensar que es posible recuperar toda la colección de la prensa polaca editada en la Argentina, pero también es cierto que se pueden hacer grandes cosas si uno se lo propone. Si usted está leyendo esta nota y tiene en su poder o sabe de la existencia de periódicos polacos, no sólo el Glos, por favor comuníquese con esta Redacción. Juntos quizás podamos construir nuestra memoria común.

Siete años más tarde, en 1929, el Glos se convierte en el Órgano Oficial de la recientemente creada “Dom Polski” (el antecedente de la Unión de los Polacos). En su nota editorial del 10 de mayo se explicitan cuáles son los objetivos de esta publicación destinada ya no sólo a los polacos recién llegados al país, sino con la intención de que llegase al resto de la población de la Argentina que no leía polaco:

A nuestros lectores,
Al cumplir con la resolución de la Reunión General de las Sociedades y Organizaciones Polacas en la República Argentina, en la cual se ha resuelto por unanimidad de votos para que la Redacción y Administración del Semanario Polaco “Glos Polski” sea ejercido por el Comité a este fin electo saludamos a todos los lectores y amigos de nuestro semanario. Ante todo declaramos que fieles a la divisa del grupo que hace seis años escasos ha decidido crear y editar por entonces el bisemanario y en atención a ser actualmente Órgano Oficial de la Federación de las Sociedades y Organizaciones Polacas “Dom Polski” seremos siempre neutrales, no ocupando el lugar precioso de las columnas para arreglar las cuestiones personales, sirviendo siempre con todos los pensamientos sanos para el progreso de la colonia polaca, como también para que el nombre polaco hasta ahora tan poco apreciado y mal comprendido, sea respetado según sus merecimientos.
No nos guía en nuestra labor el fin puramente comercial ya que siendo Órgano Oficial de la Federación no tenemos por qué ocuparnos de los suscriptores siendo desde ya cosa resuelta que todo socio de alguna de las Sociedades existentes es de hecho suscriptor del semanario.
Nuestro propósito es llegar aún gratis a todos los rincones de la República Argentina por más apartados que sean. Es nuestra intención para ser comprendidos publicar aunque sea un artículo semanalmente en el bello idioma de Cervantes para que sirvan y den a conocer un poco más la vida de la República de Polonia en todas sus actividades en todos los campos entrelazando estas noticias con nociones de la historia y de los acontecimientos más importantes.
Sabedores del cumplimiento del deber impuesto no desmayaremos ni un momento hasta no llegar a colocar nuestro querido semanario a la altura de la importancia numérica de la laboriosa colectividad polaca y en atención a esto esperamos un buen acogimiento”.

En el año 1932 es tan fuerte la presencia de inmigrantes polacos en la Argentina y muy especialmente en las ciudades de Buenos Aires y Rosario que Glos Polski deja de ser un semanario para convertirse en diario y así se lo anuncia el 16 de julio de 1932, con motivo de las celebraciones de la fecha patria argentina: “¡Al gran pueblo argentino salud!

La colectividad polaca, verdaderamente populosa en la República Argentina, tiene desde la fecha el defensor austero de sus intereses, el portavoz de sus nobles ideales y el eco recordatorio de su lejana patria.
Al iniciar su publicación diaria el “Glos Polski” se incorpora a la falange del periodismo de la gran metrópoli sudamericana, orgulloso exponente de la potencialidad del hospitalario país que cobija bajo los libertarios principios de su Constitución democrática, a todos los hombres de buena voluntad que deseen habitar su suelo...

(...)En su primer día “Glos Polski” saluda al gran pueblo argentino a cuyos anhelos de progreso vinculará su acción a los representantes de la prensa argentina que por nobleza de ideales y bastos servicios informativos constituye el legítimo orgullo de su cultura intelectual.”
Seis veces a la semana se lo podía comprar en los quiscos de la ciudad. Al principio salió con 6 páginas en los días hábiles, luego fueron 8, mientras que los sábados tenía 16 páginas.

En 1936 el Glos Polski volvió a ser semanario, es decir, hace 70 años que una vez por semana se pueden leer las noticias de la comunidad polaca editadas en Buenos Aires. Claro que desde su fundación ha pasado por un sinfín de dificultades financieras, Don Estanislao supo de muchos sinsabores y preocupaciones, pero nunca dejó de luchar por la presencia de una prensa propia para la colectividad polaca.
Imaginemos por un momento qué felicidad y orgullo sentiría Don Estanislao si pudiera ver que ese diario de pocas páginas pensado en 1922 ya cumplió 83 años y más de cinco mil números informaron y difundieron la cultura polaca, que a pesar de todas las crisis aún sigue saliendo y sigue siendo un medio de comunicación entre las sociedades polacas de todo el país.

Este orgullo se acrecentaría si se tiene en cuanta que Glos es la cuarta publicación más antigua dentro del conjunto de periódicos originados en colectividades extranjeras. En la Argentina, muchos diarios de diversas colectividades aparecieron y desaparecieron desde la segunda mitad del siglo XIX en adelante. Sólo hay tres anteriores a Glos Polski que han perdurado desde sus orígenes hasta hoy. El más antiguo es “The Southern Cross”, periódico irlandés fundado por el padre Patrick Dillon en 1874; “The Buenos Aires Herald” fundado por el escocés William Cathcart en 1876 y vendido al año siguiente al norteamericano D.W.Lowe y “Argentinisches Tageblatt” fundado en 1889 por Johann Alemann.

Para muchos los “diarios viejos”son sólo papeles viejos que sirven para encender el fuego o envolver huevos. Para quienes saben valorar la Historia, los “diarios viejos” son nuestra memoria y también hablan de nuestro presente, de quienes somos como ciudadanos que cuidan o no su patrimonio histórico. Y qué es este patrimonio sino la forma material que nos queda de todo ese esfuerzo diario que han hecho hombres que como Don Estanislao lucharon, entre otras cosas, por la existencia de la prensa polaca al servicio de la colectividad.

Lic. Claudia Stefanetti Kojrowicz
para Glos Polski, Buenos Aires


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