El polaco más célebre
Vivió vertiginosamente y murió joven. En su homenaje se realizan conciertos, misas, campañas de marketing , paseos, un videojuego y hasta la puesta en órbita de su obra.
“Vive vertiginosamente, muere joven, deja un cadáver hermoso.” El lema de James Dean se aplica a Frédéric Chopin, el polaco más célebre del mundo. Más que el papa Wojtyla, más que Lech Walesa. Treinta y nueve años vividos peligrosamente; adorado por condesitas como Maria Wodzinska, por escritoras famosas y desprejuiciadas y muchachas en flor como Jane Stirling, su alumna escocesa, que estuvo a su lado en los últimos años. Chopin forever young . Hasta ahora que cumple 200 años. Cumpleaños con gran fiesta en todo el mundo, sobre todo en Polonia, a pesar de que el día de su nacimiento siga siendo un misterio. ¿El 22 de febrero, como dice el acta bautismal, o el 1° de marzo, como siempre sostuvo la familia? Las dos fechas están separadas por 171 horas. La misma cantidad de horas que duró la maratón chopiniana de Varsovia, que para no refutar ninguna de las dos versiones, abrazó a ambas en un puente ideal de música, de lunes a lunes.
Video: "Maratón chopiniana" en Varsovia (BBC)
“Un genio tiene derecho de nacer en el curso de una semana”, bromea Waldemar Dabrowski, presidente del comité del Año Chopin. En escena, pasaron 250 músicos, entre los que había estrellas del teclado como Murray Perahia, Ivo Pogorelich, Nelson Goerner, Janusz Olejniczak, Rafal Blechacz (prodigioso vencedor del último Concurso Chopin), Kevin Kenner, Daniel Barenboim, Nikolai Demidenko y Evgeni Kissin. El domingo, vigilia del 1° de marzo, hubo una misa en Cracovia, oficiada por el cardenal Stanislaw Dziwisz, mientras en Varsovia tocaban Martha Argerich y Daniel Barenboim. También el 1° de marzo se celebraron conciertos en el Teatro Nacional y en la casa natal del compositor, en Zelazowa Wola. En la misma fecha, en Varsovia se reabrió el Museo Chopin, reestructurado de acuerdo con un proyecto mutimedia.
Chopin está destinado a convertirse en el ícono de Polonia: una marca que permite relanzar la cultura, el turismo y el marketing . Su cara y su nombre aparecen en los chocolatines y en el vodka, en las estampillas y en las bolsas de compras. En Varsovia pusieron a punto un recorrido con 14 banquetas colocadas en distintos lugares donde uno se sienta y, cuando aprieta la tecla play , escucha la música de Chopin, que también terminó en órbita. Para alegrar a los astronautas del Shuttle, que partió el 8 de febrero, el gobierno polaco donó un CD con una compilación de obras del músico.
En el frente multimedia, se destaca Eternal Sonata , un videojuego de roles que mezcla la fantasía con la biografía del compositor. Y después hay incluso un musical del inglés Richard Berkeley, que lo escribió para acercar a los jóvenes a un artista tan subversivo y revolucionario que los nazis, durante la ocupación de Polonia, prohibieron escucharlo.
El cuerpo de Chopin, muerto en París, no se sabe si de tisis o de una enfermedad hereditaria, está sepultado en el Père Lachaise, pero su corazón, por voluntad del compositor, fue trasladado a su patria y conservado en la iglesia de Santa Cruz de Varsovia, en un relicario de cristal, lleno de coñac. Esto no es muy del agrado de los polacos, fans del vodka.
A Chopin se le dedicarán dos mil conciertos y manifestaciones en todo el mundo. En París, donde vivió muchos años, habrá conciertos en la Biblioteca Polaca, en el Musée d´Orsay, en el Théâtre des Champs Élysées. Y en la Sala Pleyel, llamada así por el célebre piano del autor, tocarán Barenboim, Zimerman y Argerich. En Viena, gran muestra con documentos y fotografías; en Alemania se publican cómics sobre Chopin. Y en los Emiratos Árabes, en el festival de Abu Dhabi, que empieza 20 de marzo, se estrenará una nueva versión del Concierto n° 1 para instrumentos orientales y árabes.
En Roma, en Santa Cecilia, se aplaudió hace unas semanas a Pollini; en Milán, en la Scala, el 1° de marzo se le consagró todo el día: en el centro de la escena dos raros pianos Pleyel reconstruían el sonido del instrumento donde él componía. En el frente discográfico, hay que señalar la Chopin Complete Edition en 17 CD de la Universal; la integral de la EMI; los Scherzi ejecutados por Pietro De Maria para la Decca; el Chopin de Rubinstein y Kissin, editado por Sony.
Traducción Hugo Beccacece
Corriere della Sera y La Nación
13.03.2010
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